Hasta hace poco, la imagen que yo mismo tenía acerca de las personas con síndrome de Down era la de personitas que iban de aquí para allá cogidas de la mano de sus padres, y que de vez en cuando balbuceaban cosas graciosas como "ayer perdió el Petafe de Chuster" si les preguntabas por el fútbol.
Poniéndonos en situación, esta imagen que yo me había creado (estamos hablando de hace 10 años) estaba muy influenciada por una "personita" en concreto que superaba ampliamente la treintena, vivía con sus padres de cincuenta y tantos años en una pequeña parroquia del rural, y al cual jamás había visto hacer nada sin que estuviese acompañado por su madre.
Como dice Pablo Pineda en el programa, "cuando un entorno confía en una persona; cuando un entorno le enseña, le estimula y le exige, ese niño puede llegar a donde sea". Una relación de total dependencia no permite que esto pueda darse. ¿ Cómo va a realizarse una persona sin autonomía ?
El síndrome de Down no debe ser una barrera que impida la independencia de las personas en su día a día. Yo mismo albergaba mis prejuicios sobre estas personas, pues la realidad que podía observar invitaba a pensar en ellas como personas incapaces de valerse por si mismas, y es esa actitud la que impide la integración, aunque la cosa ha cambiado desde entonces.
Como conclusión personal, creo que aquí en Galicia, especialmente en el rural, donde predomina la población envejecida, existe otra mentalidad respecto a la discapacidad en general, siendo comprensible que aquellas personas que se preocupan por sus hijos hasta el punto de no concederles apenas autonomía no se den cuenta de que tienen el potencial para llegar a vivir una vida independiente, totalmente integrados en la sociedad.
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