"Psicomotricidad" no tiene una definición clara y precisa. De
hecho, existen diferentes definiciones para intentar captar los diversos
matices existentes.
En palabras de Sabina Barrios, la psicomotricidad consiste en “trabajar
mediante el cuerpo las relaciones de la persona consigo mismo y con su
contexto”.
- Trabajar mediante el cuerpo: el
cuerpo es la herramienta, es el medio usado para llegar a la mente, a lo
social, a lo comunicativo, pero también es un fin, en tanto en
cuanto queremos modificar ese cuerpo, su estructura o tono, su
postura o equilibrio.
- Las relaciones de la persona
consigo mismo: persona entendida como un ser bio – psico – social. Con lo
cual así se recoge todo lo que incluye en una relación propia de la
persona: pensamientos, sentimientos, percepción, cognición, tono muscular,
motricidad, etc.
- Y con su contexto: entendido
como el resto de personas que le rodean: compañeros, amigos, familia,
profesores, etc. y con el medio físico que le rodea: escaleras, aceras,
carreteras, juguetes, colegio, y por supuesto, sociocultural: cultura
predominante, forma de hablar o dialectos, religión, etc.
Cuando un viernes por la mañana se nos planteó en clase que relizásemos una
batería de pruebas de evaluación psicomotriz, nos quedamos a cuadros ante la
dificultad de las tareas propuestas:
- Con apoyo camina de lado.
- Corre hacia atrás.
- Lanza la pelota con una mano hacia abajo.
- Sube y desciende una silla de pequeña altura con el apoyo de brazos y piernas.
- Realiza tres saltos con un pié, manteniendo la misma altura
aproximadamente en cada salto.
- Etc. Etc.
Resumiendo, aquello fue delirante. Pero precisamente, es ahí donde radica
la importancia de estos instrumentos de diagnóstico. Si un niño en etapa de
desarrollo no es capaz de realizar acciones que nos parecen nimiedades durante
nuestra vida diaria es que algo no marcha como debería. Por eso la detección de
trastornos del desarrollo o factores de riesgo para dicho desarrollo es
importante de cara a trazar unas líneas de actuación adecuadas.